El primer paso es comprender a fondo la situación actual, incluyendo las necesidades del cliente y los objetivos del proyecto. A través de un diagnóstico, evaluamos las oportunidades y soluciones para crear una línea base que guie el resto del proceso.

Con base en el diagnostico, desarrollamos una propuesta preliminar o presupuestaria que define las soluciones recomendadas. Esta etapa ayuda al cliente a familiarizarse con nuestras soluciones y entender cómo se complementan o adaptan con el resto del proyecto.

En la fase de diseño, convertimos la propuesta en un plan concreto con especificaciones, fichas técnicas, diagramas y dibujos constructivos. Aquí definimos el alcance y los recursos que garanticen el éxito del proyecto.

Durante la implementación, ejecutamos las soluciones diseñadas. Trabajamos mano a mano con el cliente, a través de una constante comunicación, para que cada fase del proyecto se cumpla de manera efectiva.  

Tras la implementación y entrega del proyecto, realizamos un seguimiento continuo para evaluar los resultados y principalmente para asegurar que el cliente este conforme con las soluciones.  Nos aseguramos de que el proyecto sea exitoso a largo plazo.